Conoce a Borja Fabregat – Mi historia personal

Antes de crear libros, cuadernos y recursos educativos, yo también tuve mi propio camino de aprendizaje.

Aquí te cuento mi historia: cómo pasé de odiar la lectura a dedicarme a la educación, y por qué decidí crear materiales que ayuden a los peques a prepararse para la vida.

Borja Fabregat Aloy

Mi camino como creador de recursos educativos

Cuando leer era un castigo

Durante muchos años, leer no me gustaba.
En primaria lo hacía porque mis padres me lo pedían, pero sin disfrutarlo. Leía para el examen, no para aprender. Y cuando llegó secundaria… directamente dejé de leer. Buscaba resúmenes por internet, veía adaptaciones malísimas de las obras… cualquier cosa con tal de no abrir un libro.

No entendía qué sentido tenía aquello.
No me emocionaba.
No me movía por dentro.

Un fracaso financiero… y el primer clic

Todo cambió en 2021.
Había empezado a interesarme por el mundo de las inversiones y, siendo sincero, me fue bastante mal.

Y ahí apareció la primera gran pregunta:

“¿Cómo puede ser que no supiera nada de esto? ¿Por qué nadie me enseñó estas cosas cuando era niño?”

Decidí que no quería volver a sentirme así. Tenía que aprender.
Y así, sin darme cuenta, empecé a leer.
Primero finanzas. Luego desarrollo personal. Después historia, clásicos, educación, psicología…

En un solo año pasé de no leer nada a devorar más de 20 libros.
Hoy leo unos 40 libros al año. Y ya no lo hago por obligación.
Leo porque quiero entender. Porque me apasiona. Porque quiero crecer.

Descubriendo mi verdadera vocación: educar

Pero la historia no empieza ahí.

De joven, mi camino parecía otro: la ingeniería mecánica. Siempre me habían gustado los motores, las matemáticas, la física…
Pero mientras estudiaba esa carrera, seguía dando clases de natación a niños en el club donde había nadado toda mi vida. Enseñaba técnica, pero también veía cómo evolucionaban como personas. Cómo ganaban confianza, cómo aprendían a superar miedos, a esforzarse, a mejorar.

Y me di cuenta de algo muy profundo:
Lo que de verdad me movía no eran los motores. Era la educación.

Así que tomé una decisión importante: dejé ingeniería y me formé como maestro de primaria.

Durante las prácticas, confirmé mi vocación. Me apasionaba enseñar.
Pero sobre todo, me apasionaba ver cómo los niños y niñas no solo aprendían conceptos, sino cómo se formaban como personas.

Enseñar va mucho más allá de seguir un libro de texto

En el aula me di cuenta de algo que, en el fondo, siempre había intuido: educar no es solo dar contenidos. No es enseñar a memorizar datos ni repetir lo mismo una y otra vez.

La educación va mucho más allá de aprender las partes de una planta o las tablas de multiplicar. Es acompañarles en un camino que les ayude a pensar por sí mismos, a gestionar lo que sienten, a entender cómo funciona el mundo en el que van a vivir.

No se trata solo de lo que pone el libro de texto. Se trata de prepararles para la vida. Para que sean capaces de resolver problemas, comunicarse con los demás, tomar decisiones, adaptarse y seguir aprendiendo a lo largo de los años.

Ahí es cuando empecé a dar forma a una idea que llevaba tiempo rondándome. Y, sin saberlo, estaba empezando a construir el proyecto que hoy es mi forma de enseñar.

Crear recursos que enseñen para la vida

Me di cuenta de que los libros podían ser algo distinto a lo que siempre había visto. No tenían por qué ser solo ejercicios mecánicos o actividades para rellenar. Podían ser herramientas reales para ayudar a los niños a desarrollar habilidades que les sirvan en su día a día.

Empecé a pensar en cómo enseñarles a tomar decisiones, a reflexionar, a pensar con criterio, a entender el dinero desde pequeños, a conocerse a sí mismos y, sobre todo, a disfrutar del aprendizaje.

Así nació mi primer cuaderno. Y detrás de él vinieron muchos más: los cuadernos de verano, los de comprensión lectora, la caligrafía, la historia, la ciencia… Siempre manteniendo la misma idea: no solo repasar, sino ayudarles a pensar, a descubrir y a crecer.

Emprender para enseñar como creo que se debe enseñar

Desde ese primer libro, el camino ha sido un aprendizaje constante. Todo lo que necesitaba saber para sacar adelante mis libros lo he aprendido por mi cuenta, paso a paso.

Aprendí a maquetar, a diseñar portadas, a crear páginas web, a publicar los libros. No había un manual, ni un plan trazado. Solo muchas ganas de aprender y de ir mejorando cada vez un poco más.

Siempre he sido curioso. Me gusta aprender por mi cuenta. Y he aplicado ese mismo proceso que tanto defiendo para los niños y niñas: probar, equivocarme, mejorar y seguir adelante.

De ahí nació Primaria Fácil. Y, poco después, este proyecto personal que hoy es mucho más que un catálogo de libros. Es una forma de entender la educación con la mirada puesta en la vida real.

Hoy escribo para familias como la tuya

Hoy mi objetivo está claro: crear libros y recursos que ayuden de verdad. No solo para preparar un examen, sino para prepararles para lo que vendrá después.

Quiero que entiendan mejor el mundo en el que van a vivir, que desarrollen habilidades prácticas, que disfruten mientras aprenden, que sepan pensar por sí mismos, que aprendan a gestionar sus emociones y que construyan una base sólida que les acompañe siempre.

Nunca he buscado que saquen un simple 10. Busco algo mucho más importante: que estén preparados para la vida.

El por qué de mis libros

Cuando empecé a crear mis libros, lo que buscaba no era repetir lo que ya se hace en el aula.
No se trataba de hacer más de lo mismo, sino de aportar ese punto extra que muchas veces en clase no se puede desarrollar.

Quería crear algo complementario.
Algo que les ayudará a ir un poco más allá.
Algo que les diera herramientas que muchas veces no tienen espacio en el día a día escolar.

La lectura es una de esas herramientas.
Leer nos cultiva, nos abre la mente y, sobre todo, nos da libertad.

La libertad de poder pensar por nosotros mismos.

Y creo sinceramente que esa es una de las mayores enseñanzas que podemos dar a un niño.

Porque si no aprenden a pensar por sí mismos, acabarán dependiendo siempre de lo que otros les digan.
Serán vulnerables a las modas, a la política, a las ideologías de turno.
Les costará discernir qué es lo importante para ellos.
Y tampoco sabrán hacia dónde quieren llevar su vida.

Aprender a pensar es lo que les permitirá tomar decisiones propias.
Definir su camino.
Buscar su propia felicidad.

Y eso, sé que no es sencillo.

Nadie puede decirnos dónde está nuestra felicidad.
Pero sí podemos ayudarles a aprender cómo buscarla.
A hacerse las preguntas correctas.
A reflexionar.
A ser conscientes de lo que realmente les importa.

Eso es lo que busco con mis libros.
Que aprendan a pensar.
Que miren el mundo con sus propios ojos.
Que construyan una vida que realmente sea suya.

La comunidad de El Profe en Casa 👨‍🏫

El profe en casa Borja Fabregat Aloy

Cada semana, preparo un correo donde comparto reflexiones reales sobre educación, desarrollo personal y aprendizaje para la vida.

Ideas prácticas que puedes aplicar en casa, para acompañar mejor a tus peques en su aprendizaje, ayudándoles a:

  • Pensar con criterio.
  • Gestionar sus emociones.
  • Desarrollar habilidades que les servirán toda la vida.
  • Aprender a aprender.

Si buscas una educación que vaya más allá de los exámenes, esta newsletter es para ti.

Scroll al inicio